29 agosto 2005

Lo que realmente escribí para La voz de Cádiz

Las veintiséis mil lenguas del viaje del submarino amarillo hablarán de Robinho. Debutó el brasileño y ocupará portadas. Las imágenes del sombrero colapsarán las secciones de deportes. Las bicicletas son para el fin del verano y Raúl López no pudo pinchar las ruedas. Dos detalles y un control que vale el gol de la victoria. Un gol demasiado tempranero castiga al Cádiz que no aplaca la expectación ante los futbolistas famosos y que fue un mar de falshes en la banda. Pero poco duraron las usanzas de los fans para transformarse en un brillante “se puede empatar”. El tú a tú existe. Se palpa el gol. Como el juego sucio el los tobillos de un Gravessen que dejaba recados. Lo mejor: la entrega del Cádiz que empata y llega el delirio. Podemos con ellos. Más tarde se impone el dinero de la galaxia que se trajo a un jovencito que gana el producto interior bruto de un país pobre. Se luchó, se jugó bien. En los bares, que apagaban el aire acondicionado y abrían los grifos, queda un murmullo triste pero optimista. Ya llegarán los puntos. Ahora a olvidar a los galácticos con esa consigna que cantaban los Mártires del compás, si España fuera un donut, Madrid no existiría.

27 agosto 2005

Jinetes de la tormenta- Pablo Terradillos

Porque la vida importa, seguiremos ocupando los dominios del miedo con una sonrisa que guarda un cuchillo afilado. Caminantes sobre una cuerda floja hecha con los retales de la miseria desarrollada. Sin esperar a Godot ni a nadie, varados en medio del océano en plena tempestad, aliados con los elementos que envían señales anunciando un final que nunca llegará, porque no hay final, sólo estar. Estar vacíos en el vértice del tifón, peleando sin puños para no hacer daño, desentrañando nudos de hambre y sed que se pegan a las vísceras y moldean un odio que no ha de saciarse porque es raíz de vida. Ocupantes de la intemperie en las madrugadas de tormenta, el jinete que cae del caballo derribado por una lanza siempre enemiga, propietarios del aire, estibadores del puerto fantasma, náufragos sin isla, exploradores recorriendo pieles anónimas con la fe ciega del loco enamorado. Al suave arrullo de la pobreza, mecemos la vida con manos torpes esperando el próximo golpe de los esbirros de la muerte.Ayer un niño, turista como todo en estas fechas, gritaba por las calles de Cádiz: «Puedo coger el aire, mira, se hace así». (Para D. E. Rodríguez).
Publicado ayer en La voz de Cádiz.

26 agosto 2005

La ozita

Lector, tal vez ya lo sabes: Julio, el Lobo, termina y ordena solo este libro que fue vivido y escrito por la Osita y por él como un pianista toca una sonata, las manos unidas en una sola búsqueda de ritmo y melodía.
Apenas terminada la expedición, volvimos a nuestra vida militante y partimos una vez más a Nicaragua donde había y hay tanto para hacer. Carol reanudó allí su trabajo de fotógrafa mientras yo escribía artículos para mostrar en todos los horizontes posibles la verdad y la grandeza de la lucha de ese pequeño pueblo que infatigablemente continúa su viaje hacia la dignidad y la libertad. También allí encontramos felicidad, ya no solos en los paraderos del París-Marsella sino en el contacto diario con mujeres, hombres y niños que miraban como nosotros hacia delante. Allí la Osita empezó a declindar víctima de un mal que creíamos pasajero porque en ella la voluntad de la vida era más fuerte que todos los pronósticos, y yo compartía su coraje como siempre compartí su luz, su sonrisa, su enamorada vivencia del sol, del mar y de la esperanza en un futuro más hermoso. Volvimos a París llenos de planes: terminar el libro, dar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense, vivir, vivir todavía más intensamente. Siguieron dos meses que nuestros amigos llenaron de cariño, dos meses en que rodeamos a la Osita de ternura y en que ella nos dio cada día ese valor que nos iba abandonando. La vi emprender su viaje solitario, donde yo no podía ya acompañarla, y el 2 de noviembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas.
A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato. Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista.

24 agosto 2005

Otras voces, otros ámbitos, otros formatos II

El Cuaderno de Resistencia Poetry difussion group S.L. continúa ofreciéndoles a los señores resistentes o visitantes ocasionales algunos poemas en la voz de los poetas. Pulse el link y disfrute. La selección de este día(esta vez para bilingües o curiosos):


Burroughs Not fussed y No more

Langston Hughes Consider me

Hakim Bey Poetic Terrorism

Jack Kerouac The Subterraneans

Allen Ginsberg (es un poco grande, 57 Mb) Uof L october part one

Pier Paolo Pasolini leyendo un texto en un congreso del Partido Radical en 1975

Cortázar "Un cronopio pequeñito..." , Capítulo 7 y Continuidad en los parques

Disfruten.

23 agosto 2005

Otras voces, otros ámbitos, otros formatos

El Cuaderno de Resistencia Poetry difussion group S.L. le ofrece poemas en las voces de los poetas. La selección:
Aquí hay cientos.

22 agosto 2005

Charles Bukowski - Hostage

El viejo Hank leyendo poemas en Redondo Beach. En inglis, of course.




A ver. La cosa tiene su pequeña complicación. Pero merece la pena. Pega esta dirección
http://rapidshare.de/files/4231536/CB_H.rar.html
en la barra del navegador. Aparecerá una página donde está alojado el archivo. Al final de la página hay un cuadro. Elegimos FREE y a continuación cargará otra página en la que también al final, hay una cuenta atrás de 45 segundos. Una vez acabada nos aparecerá el link del archivo. Picamos y salvamos como. Una vez que el archivo esté en nuestro disco duro, al abrirlo, el winrar nos pedirá una contraseña que no es otra que sth .
Y a disfrutar.
Gentileza de Cuaderno de Resistencia Poetry difussion group S.L.

UN POEMA EN SEIS APROXIMACIONES

III
¿Qué se siente en la tormenta cuando uno es el sitio en donde va a caer el rayo? Gente a cielo herido. Acampados en mitad de la vía. Gente en el polvo. Braceros en la tempestad. Viven en avenidas desolladas, viven en cantinas sobre la cuerda floja, viven en la mandíbula desencajada de la ciudad. Ellos esperan los añicos del amanecer pero no esperan nada. Ellos esperan que todo estalle pero no esperan nada. Miradas en un espejo roto, caracolas sin mar. Habitantes de arenas movedizas. Hermanos del filo sin más propiedad que las lágrimas, sin más propiedad que lo perdido, sin más propiedad que lo que resta. Un puño feroz les golpea cada día. Yo sé a quiénes pertenecen las manos que golpean. Yo sé, y usted sabe, quiénes empuñan su muerte lenta, quiénes vierten las paladas de tierra que cubrirán sus ataúdes. Yo sé quiénes les entregan cada día. No hay crónicas de su desalojo. Pero yo sé. Usted sabe.
De David Eloy Rodríguez

20 agosto 2005

La servidumbre

Y el odio más intenso está tan arraigado, que impone el silencio y convierte la vehemencia en un rencor constructivo, en una aniquilación imaginaria del objeto detestado, algo así como los ritos ocultos de venganza con los cuales los perseguidos desahogan terriblemente su cólera.
George Eliot, Daniel Deronda
***
El labrador y el artesano, a pesar de ser sirvientes de su amo, cumplen con su obligación cuando hacen lo que se les pide. Pero el Tirano ve a aquellos que lo rodean como si estuvieran rogando y pidiendo sus favores; y éstos deben hacer no sólo lo que él les ordena, sino que deben pensar lo que él quiere que piensen, y la mayoría de las veces también darle satisfacción y hasta adelantarse a sus pensamientos. No basta con obedecerle, ellos también deben agradarle; deben hostigar, torturar, qué digo, matar en servicio suyo; y [...] deben renunciar a sus gustos por los gustos de Él, violentar sus inclinaciones y deshacerse de su propio temperamento natural. Deben observar atentamente sus palabras, su voz, sus ojos y hasta sus cabezadas de sueño. No deben tener ojos, pies, ni manos, sino que deben estar COMPLETAMENTE alertas, espiando su voluntad y descubriendo sus pensamientos. ¿Ésta es una vida feliz? Más aún, ¿merece esto llamarse vida?

Etienne de la Boetie, Un discurso sobre la servidumbre voluntaria

17 agosto 2005

La magia de la camiseta



Allí donde el recuerdo propio es una escasa percepción, un olor impreciso y una imagen reconstruida por los relatos de papá y mamá delante de fotografías antiguas. Allí, tan lejos ya y tan constructo que levantamos en la memoria. Fue un verano del que quedan pocas cosas, esquirlas de un paraíso soleado, fotografías de unos niños sonriendo en mitad de una duna, chapoteos en la orilla, y una camiseta que conservo como recuerdo de un cuerpo que se ha ajado con los años.
Solíamos escaparnos a la playa, cuando aún no era destino turístico, con la familia de Manolito. Entre mi familia y la suya existían vínculos muy cercanos. Mi madre era la mejor amiga de su madre y su padre era el mejor amigo de mi padre. Se conocieron en las fiestas del pueblo donde ellas vivían y a la que ellos acudían religiosamente en la vespa de mi padre. Las familias se consolidaron y pronto los hijos llegaron.
Así que Manuela y Salva eran como unos segundos progenitores con los que convivía en la playa. En un alarde de catastrofismo infantil, imaginaba que si a mis padres les ocurría algo tendría la seguridad de ser acogido en una familia de confianza. El único inconveniente era que podían reñirme si me alejaba en el mar o jugueteaba con cerillas. La cara de esta moneda estaba en que también podían prepararme una merienda o quererme. Esto hecho, en ocasiones, producía un campo de actuación muy controlado para un niño, que nosotros nos escabullíamos como podíamos con una serie de despistes y vergüenzas de pega.
Acampados en una playa salvaje de dunas gigantescas por las que lanzarse, con un pinar para las aventuras de vaqueros y un extenso litoral rocoso por el que mariscar vivimos noches de hogueras y radiocasette con extrañas y sinuosas músicas que nos invitaban a danzar enloquecidos, conversaciones en las que sólo éramos un oído ávido y en la que las partes del diálogo se salpicaban con delirantes carcajadas. Un lugar en el que el vestuario se reducía al bañador y al chándal para dormir, donde las noches eran un rumor de mar. Y, por supuesto, mi camiseta de tirantes de Hulk.

La hermana de Manolito, en ese ambiente de comuna familiar, también era considerada como la mía. Los tres habíamos crecidos juntos, compartido juguetes y pañales. Ella era tres mayor años que Manolito y yo, así que fuimos sus pequeños muñequitos de carne y hueso que cuidar, pasear y dar de comer.
Por ese tiempo ella tenía doce o trece años, pero las edades se diluían en aquel paisaje de sol, acampada y arena. Nunca vimos en ella ningún síntoma externo de que crecía una mujer en su bronceado cuerpo. Tampoco sabíamos nada sobre las mujeres. Ella me preguntaba por la bestia verde que aparecía en la camiseta que llevaba siempre puesta cuando caía la tarde. “¿Quién es ese?” e inmediatamente observaba a la monstruosa criatura con una mezcla de curiosidad y miedo. “La masa. Un superhéroe. Aunque mi padre dice que es un tipo listo que se convierte en bestia.
Una tarde, sentados al borde de una larga franja de viejo asfalto que llamaban carretera, esperábamos a que el viejo renault cinco de los padres volvieran del pueblo con la merienda, un paquete de bollos y dulces. El crepúsculo. La tarde estaba cayendo y en la playa sólo estábamos nosotros todavía en bañador y el crepúsculo. Las madres preparaban el café en un hornillo de bombona azul y compartían cigarrillos. Manolito hurgaba en el rancho de pescados que su padre había pescado con su fusil (y su destreza como submarinista). Les abría la boca con el dedo y les daba una vocecita.
Un coche avanzaba lentamente por la carretera, un tramo de asfalto desvaído y con baches, como si estuviera buscando a alguien por la desierta playa. Llevábamos una semana sin ver a nadie ajeno a nuestra gran familia y aquello nos extrañó un poco. Se estacionó a un lado de la carretera, a unos metros de nosotros. Se apearon un hombre con bigote, abundante pelo en el pecho y bañador negro, y una mujer rubia con los hombros enrojecidos. De la parte trasera salieron dos niños rubios y mayores que nosotros. Ella los observó con el interés de una muchacha ante el la belleza exótica del desconocido. A medida de que se iban acercando, ella se cruzó de brazos y cambió de actitud como si estuviera a punto de avergonzarse o a hacerle una pregunta que no sabía responder. Me pidió la camiseta de tirantes de Hulk que tanto me gustaba ponerme. "Pero qué dices, si no hace frío, todavía estamos en bañador", alegué. Ella insistió con un tono de preocupación inocente.
Mientras me tiraba de la camiseta, lanzaba unas miradas a la familia que se acercaba. "Déjamela, venga, que se acercan". Como si cumpliera un caprichoso deseo, con esa mezcla de perplejidad y desidia, me quité la camiseta creyendo que así dejaría de actuar así. Se la alargué con un aire de indiferencia y ella se la puso.

Y le aparecieron.­

16 agosto 2005

HISTORIAS TRASTORNADAS VOL II. INDIANI METROPOLITANI

Pequeño Larusse de historias trastronadas: Guerrillas culturales, provocadores e indios poetas, culturetas subversivos, fumetas, macarras instruidos y folladores de calle.


por Wu Ming 6

1. El deseo de ser piel roja

Ya lo decía el amigo de Max Brod: “si uno pudiera ser piel roja, siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas, porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas, porque no hacen falta riendas, y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo. “
Indios. En Italia.¿Cómo? ¿What are you saying?
Los Indios metropolitanos nacieron de aquel sojuzgante impulso de la amplificación del pensamiento en acción de finales de los 70. Ya saben, “los 70” en Italia: ese tiempo mal entendido y fácilmente liquidado con la fontanerística (y no en su acepción de proletariado autónomo de manguitos y bajantes) de "años de plomo". Los indios surgieron como un hongo, cargado de trastornante Psilocybe, de improviso, en un hábitat fértil. Germinaron de una humanidad densamente agitada. La primera señal de indianidad se dio en los círculos juveniles de Milán que anunciaron antes del final del 76 en su manifiesto que “habían desenterrado el hacha de guerra” recogiendo el humor que se respiraba en el caos babilónico de la Fiesta del Parque Lambro. En los artículos en A/traverso del mismo año se comenzó a imitar el lenguaje de las «pieles rojas» de películas del Oeste. Cada vez más gente empezó a abandonar las «eternas praderas de caza» de la vieja izquierda marxista y sus formas de lucha anticuadas. Como estrategias para sobrevivir en un entorno cada vez más resistente a la revolución, inventaron un humor extraordinariamente poderoso y múltiples formas de confusión lingüística.

2. Una fiammata di energia incontrollabile. La hibridación

Hasta ese momento todo el mundo lo tenía claro, las diferencias estaban delineadas, tanto en las células, como en los bares frecuentados por viejos militantes y partisanos: un comunista revolucionario era una cosa y un trastornao era otra. O no. Porque ¿quiénes eran esos que ven la serie de televisión esa de un tipo con las orejas puntiagudas, esos que citan a Lenin y a Robert Crumb? ¿Berlinguer vestido de trekki?¿Quiénes son?
El lenguaje de la militancia política comenzó a confundirse con el comportamiento freak, creando un extrañísimo cóctel antropológico. Y ahora se me agarren porque el análisis sesudo está al caer, es algo espeso, pero bastante claro. Tomen aire: La crisis de la ideología del compromiso histórico, la crisis del pacto consociativo entre cultura católica y cultura tardocomunista, la crisis de la concepción estatalista y de la democracia autoritaria estuvo determinada por la gran ofensiva india de aquel año, que tuvo rasgos diversos pero en el fondo convergentes sobre este punto: reivindicar el derecho a la autonomía de las subjetividades individuales y colectivas, el derecho a la autovalorización. Pues eso.
Así que las certezas, los modelos de sujeto, de la deontología ideológica del stablishment comunista se derritieron como cera ante lo que el mismísimo Dante admiró cuando, entre demonios, pidió fuego para el pitillito a las salida de un círculo infernal: una fiammata di energia incontrollabile o lo que es lo mismo una llamarada incontrolable: de creatividad.

3. La palabra como gesto, como virus

La experiencia de más poder simbólico del Movimiento del 77, a parte de la incorporación del hacha de plástico al compendio de armas de lucha política, fue el uso de la palabra como gesto, driblando el sentido común, ese hábito de rutina vital, y no sólo para despistar a los mass media sino también por aquellos sosos militantes incapaces de concebirse con la ironía. El movimiento del 77 redescubrió la actualidad de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, y de la crítica radical dadaísta y situacionista.
El "detournement" de impronta situacionista era de hecho un modelo de referencia. Los indios, unas tijeras, periódicos, un tubo de pegamento, un poco de odio y un poco de humor, habían descifrado las señales de humo que Debord y Vanegeim habían hecho con sus libros años antes.
Las vanguardias histórica fueron un ejemplo: Dada en primer lugar y el Futurismo. El eslogan, el medio más usual de la lucha política, fue utilizado para la producción de una dramaturgia paradójica, guerrillera, íntimamente teatral. Pero no pensando el teatro como forma estética o como interpretación de repertorio: se pensaba la relación cuerpo-palabra expresada en grupo como el Living Theatre o la performance radical de la Fura dels Baus, grandes oficiantes del teatro pánico.
Aquella performatividad neosituacionista expresaba del mismo modo una insuficiencia generacional: una demanda de nueva visión, nuevas palabras, nuevo comportamiento. Una demanda que no encontraba respuesta.
Todo esto rechinaba con la superestructura ideológica de la política. Fue un cortocircuito. En esos mismos meses en Londres tomó cuerpo el movimiento punk. Los ingleses eran mucho menos permeables que los italianos a la política y la ideología.. El pesimismo intoxicaba la vida. "La destrucción es liberación", decía una pintada en la facultad de Letras.
El movimiento de 1977 apostaba más por una multiplicidad confusa del uso de la lengua en las diferentes tácticas de la contrainformación: «Más energía nuclear y menos pisos de protección oficial»; es decir gritar lo que nadie diría para ridiculizar de este modo la charlatanería acerca de las «reducciones temporales», «recortes socialmente sostenibles». Afirmaban sus posiciones exagerando los mensajes de la parte contraria de tal manera que resultaban totalmente absurdos (o afirmación subversiva).

4. Un pow pow en la asamblea

Los indios metropolitanos: un pequeño grupo nacido en el interior de la Comisión marginada de la ocupación de la Facultad de Letras de Roma en febrero del 77. Jugaron a su favor con esta confusión híbrida, esta mutación del sujeto.
La operación mutante dotó de finísimas y eficaces herramientas lúdicas en las asambleas estudiantiles. Aparecieron acciones tan divertidas como aquello de inventar eslóganes y entonarlos cual rapsoda megafónico con desfachatez atimbrada en mitad de las discusiones; o escribir con spray en su "tazebao". Así como hilarantes cortejos como aquel de poner en escena una en fila india entonando el verso "Oask?!" (el nombre del fanzine) asociándolo con un particular movimiento de los brazos remedando el estilo natatorio más indiano de todos, el Crol. El hecho extraordinario fue que el slogan, la proclama una vez lanzada fue acogida por el Movimiento, hecho suyo.

Se maquillaban y danzaban desordenados al grito tribalista de "ea,ea,ea... ah!" Los massmedia, los periódicos y la TV, no esperaban otra cosa. Si tenia color era noticia. En el plazo de dos meses se disolvió como grupo activo en el movimiento: no se reconocía en la agregación de la masa, gustaba inventar lenguaje-comportamiento e buscar otro espacio pera elaborar una propia poética de intervención. Así sucedió que en mayo con la ocupación de la casa in Via dell'Orso 88, la "casa del desiderio", se transformó en un espacio en el cual vivir y producir. El lugar fue de hecho más una forja creativa que una comuna frikista. Ya en "OASK?!" firmaban como "Indiani Metropolitani en “dis/aggregazione": “Reivindicamos nuestras dimensión molecular y psiconómada. Un poco aristocrática pero por suerte autoirónica.

5. “Conspirar significa respirar colectivamente”

Los Indiani Metropolitani ampliaron este abanico con la entrada libre a cines caros, el saqueo de tiendas con la intención de apropiarse del lujo y del consumo, y de la comida gratis en restaurantes céntricos (consume your masters). Otros aspectos de su cultura de lucha, por la que ganaron fama más allá de las fronteras de Italia, fueron los espectáculos espontáneos y las fiestas en la Piazza, sus ya mencionadas reivindicaciones absurdas, el descrédito de las autoridades mediante el medio estilístico de la glorificación degradante (deterioro de imagen), su poesía sin sentido y, en buena medida, sus maravillosas pintadas en paredes y graffitis (sniping). A este respecto, retornan aquellas ideas acerca de la comunicación subversiva que especulan con cortocircuitar los sistemas semióticos de las ciudades. Sus graffitis no respetaron ninguna regla. las inscripciones espontáneas convirtieron la pared en un espacio público que no permite un discurso privilegiado. Todos los que sabían manejar un spray o un pincel, los que cubrían otras pintadas, las completaban o se inventaban unas nuevas, contribuyeron a la multiplicación de las voces.

Después de esto el movimiento eligió el silencio.
En el convenio de septiembre los que querían "continuar" se reunieron en número de cinco mil en el palazzo dello sport y no sacaron ni una sola idea nueva, limitándose a replantear el bagaje inútil del tardocomunismo. Pero la gran mayoría de los reunidos se diseminaron por las calles de Bolonia simplemente para ponerse a la escucha de la mutación que estaba llegando, desde luego no para dirigirla.
Zut/A/traverso declaró: la revolución ha terminado, hemos vencido. El movimiento se disolvió.

Fantomas contra los vampiros multinacionales



Y aunque el narrador tenía la muy cuestionada costumbre de residir en París, se hizo presente desde Barcelona, lo cual lo halagó muchísimo porque esa especie de don de ubicuidad hubiera debido bastar como explicación de muchas cosas más bien insólitas que estaban sucediendo.

13 agosto 2005

ALARIDO

(versión simplificada de un poema de Vachel Lindsay)


He nacido de la chusma.

Escuchad mi sueño de oro.

Humillaré al orgulloso.
Humanizaré al fuerte.

He nacido de la chusma.

Escuchad mi sueño de oro.

Nunca más penas y sudor.
Nunca más una sucia prisión.

He nacido de la chusma.

Soy el sueño del arroyo.


de David González

11 agosto 2005

Jonás Que tendrás...

La clase de historia de Marco.

(Actúa como un payaso frente a la clase. Saca de una maleta de cartón una tabla, un cuchillo y una morcilla larga y un metrónomo)
-Quién quiere cortar morcilla al ritmo del metrónomo?
(Un alumno se levanta. Corta la morcilla al ritmo del metronomo. La clase carcajea)
-Son trozos de historia. ¿Cómo podemos llamarlos?¿Horas, décadas, siglos? Siempre lo mismo, no para. Comemos morcilla con puré de manzana. ¿El tiempo es morcilla? Eso pensaba Darwin aunque la carne cambiaba de una parte a otra. Marx creyó que un día dejaríamos de comer morcilla. Einstein y Planck le quitaron la piel dejándola informe. ¿De qué están hechos los pliegues del tiempo?
Las sociedades agrícolas creían que el tiempo eran ciclos, estaciones. Cada solsticio contenía el mismo momento. El hombre envejecia, pero porque se gastaba. Era el combustible necesario para las estaciones. El capitalismo traerá la idea del tiempo-autopista. La autopista del sol, del progreso. Con el progreso los conquistadores no ganan una batalla, han sido escogidos y designados por ser intrinsecamente superiores. Esa superioridad debía atravesar siglos. Lo transformó en sacacorchos cuya punta eran los conquistadores. Abrieron una tras otras las botellas de las culturas inferiores, bebieron, hasta saciar su sed y tiraron las botellas hasta romperlas. Era una nueva forma de violencia. La flecha y la espada ya habían matado, pero ahora mataba el veredicto de la Historia, la de los conquistadores, claro. Y un miedo nuevo invadió a los conquistadores: el miedo al pasado, el miedo a las botellas rotas. Si el pasado alcanzase a los conquistadores tendrían tan poca compasión como tuvieron ellos. En el siglo XIX ese miedo se convirtió en ley científica, el tiempo se conviertió en una recta. Era una carretera de aterradora abstracción, pero las abstracciones no se vengan. Los pensadores del siglo XIX escogieronel miedo al pensamiento y eliminaron el miedo al salvaje y a sus flechas, Rosseau. Sus carreteras tenían mojones perfectamente regulares. Millones de años divididos en eras, en fechas, en días y en horas de trabajo fichables, en una máquina de fichas.
(...)
-Y por fin, hoy se derrumbra la autopista del capitalismo por razones que no caben en un trozo de morcilla que dura la clase. Una bellota ya contiene la forma de la encina. lo que son está decidido cuando la concibieron. No soy determinista, pero su primera célula contenía un mensaje que leen ahora. Hay cosas que agujerean el tiempo, y por los agujeros alineados cabe una brocheta.
(dibuja en la pizarra /\/\/\/\/\ y las atraviesa con una recta) El tiempo se dobla y el Tiempo. ¿Por qué nadie es profeta en su tierra? Los profetas solo alcanzan la mitad, la mitad del tiempo. Nadie comprendió a Diderot hasta que toda una generación tratara a Freud de monstruo. Era necesario atravesar el agujero. Los profetas miran el futuro. los historiadores usan los mismos agujeros hechos por Rosseau para entender y explicar el siglo XVIII.

10 agosto 2005

La salamandra

-Bernard es un amigo. Me ha ofrecido un trabajo y lo he aceptado porque necesito la pasta. Hay que escribir una historia, mejor dicho, un guión sobre un suceso que pasó hace uno o dos años. Quiere rodar una peíicula. Paga por adelantado, pero antes tengo que acabar unos articulos sobre Brasil. Así que podriamos escribirlo juntos. ¿Qué te parece?
-Depende.
-¿Depende de qué?
-Depende de muchas cosas.
-¿Alguna vez has ganado 2000 francos en un mes escribiendo? Sin contar los poemas de tu mujer, claro; escucha: 4000 francos a repartir en un plazo de tres meses pero entre los dos lo haremos en un mes, ¿hay algo mejor?
-¿Sobre qué vamos a escribir? ¿Cómo nos organizaremos? Sabes que yo no trabajo por encargo
dime, ¿de qué va el suceso?
-Muy sencillo, es una historia que acaba en agua de borrajas. Un tipo fingió que su sobrina, con la que vivía, había intentado cargárselo con un fusil militar. Recibió un disparo en el hombro, pero la chica lo negó todo. Decía que el viejo se había herido limpiando el arma. Como no hubo testigos y todos mantenían las declaraciones, no se llegó a ninguna parte. Y eso es todo.
-Sí, es divertido.
-He recortado la noticia del periódico. Está colgada ahí. Bernard quiere una especie de estudio sociológico.
-La chica se llama Rosemonde.
-¿Rosemonde? Ah, sí se me había olvidado, lo recordaré: Rosemonde.
-Rosemonde.
-Entonces, ¿qué?
-Espera.
-¿Te quedas? Qué, ¿te interesa?
-Sí, me interesa. Quiero saber cómo trabajaremos, no es fácil escribir entre dos.
-Lo haremos como quieras.
-¿Tienes un calendario? Uno con los nombres de los santos.
-¿Los nombres de los santos?
-Sí, eso he dicho.
-No sé, voy a a ver en la agenda. Sí, aquí tienes.
-Dame.
-¿Qué buscas?
-Espera. Sí, aquí está: 30 de abril, Santa Rosemonde, es lo que me parecía , es un nombre del calendario.
-Vale ¿y qué?
-Que eso lo explica todo.
-¿Qué es lo que explica?
-Explica que la chica quisiera matar a su tio.
-¿Qué?, nuestros nombres también están en el calendario y no hemos matado a nuestros tios.
-Te lo explicaré, así es cómo ocurrió: Rosemonde procede de una familia numerosa y en esas familias se ponen los nombres normales a los primero hijos, pero no se les ocurren nombres cuando llegan más. Entonces se mira el calendario. Una familia así supone mucha gente en una casa. Quien dice familia numerosa dice campo. En la ciudad no puede vivir por el precio de los pisos. Así que vive en el campo, da igual en qué lugar; en las zonas rurales la gente es muy católica, ignora la contracepción, tiene fe en los santos del calendario. El padre estaba un poco ido, su nivel de educación debía de ser bajo. ¿Por qué Rosemonde vivía en la ciudad? Muy sencillo: el padre pasa por apuros. Trabaja de obrero y no mejora. Pero por suerte en la ciudad hay un hermano, tiene espacio en casa, se gana la vida, es un buen hombre. Perfecto, que se encargue de la chica, una boca menos que alimentar. ¿En la ciudad, qué hace Rosemonde? Chapuzas, trabajitos malpagados, se va un poco por la tangente. Su tío quiere que vuelva al buen camino, se enfada un poco y un buen día, como tiene un fusil militar y Rosemonde es un poco salvaje, forcejean y hay un disparo. La historia no está mal. Me quedo, ¿qué te parece?
-Me gusta, pero hay un pequeño problema.
-¿Cuál?
-¿Qué tiene de real todo esto?
-Hace cinco minutos que te hablo de realidad. Dejando aparte los detalles, me parece que me he acabo de ganar el sueldo.
-Sí, te has ganado el sueldo, pero seguramente soñando. No me parece bien que desde el principo recurramos a la imaginación porque mi historia es real, la chica existe y el tío también. Están en algún lugar. Me interesa la realidad, conocer las cosas, hay que salir y conocer, tocar lo que se pueda tocar. Ya cavilarás luego, primero hay que investigar.
-No soy policía.
-Una investigación periodística.
-No soy periodista.
-"No soy periodista". ¿Prefieres pintar cada dos meses y luego escribir lo que quieres?
-Excato.
-No nos precipitemos.Vamos a tomar un café.


La Salamandra, Alain Tanner con guión de John Berger

08 agosto 2005

III. Tratados, tratatres y tratacuatro



Ofrecemos a continuación la bibliografía incompleta de ese hombre polígrafo, polígrafo (y Politorincón) que fue el Señor Conde Don Luján con motivo de sus bodas de plata con la renuncia a la literatura.


-Páginas escogidas y escocidas. Detalles del calzoncillar dos tallas menor y su relación con los agudos vocales encontrados en la voz del usuario.

-Régimen interior para adiposos de espíritu.

-Reflexiones sobre moscas y pretenciosos que zumban.

-Del mal herido y sus incorrectas agresiones.

-En defensa del circo sin carpa. La intemperie y el trapecista de los cables de la luz. Diatriba contra la televisión por cable.

-Cómo dejar de ser útil a la telefonía móvil y a los sobrecitos de mostaza.

-Cantos gregorianos para gregerómanos.

-Del sopor en la Ópera. Consejos útiles para construir almohadas sin el consentimiento del hombro de la señorita de la butaca de al lado.

-Filias y fobias del cargador de lanchas neumáticas.

-Cómo fustigar con criterio: ¿fustas o decretos ley?

-Memorias orales de embriagados por Cristina Ricci.

-Genealogía del pantalón pata de elefante. Parentescos, progenitores, herencia y cementerios secretos.

-Para una refutación de los degustadores de pies de muchacha.

-Del insensato en periodos álgidos de Democracia Moderna.

-Reflexiones sobre el viento entre las manos. Cómo atrapar al levante.

-Cómo desenroscar una cabellera rubia de nuestro corazón. Consejos para alternar con morenas y más altas.

-Sociología de los puntos de sutura suspensivos.

-Cuando el fósforo cae al Bósforo.

-Todo sobre las mentiras en las fotos de carné.

-Reminiscencias y aforismos de un cura enjaulado en 1977.

-Contra los miconoclastas: herejes en las islas griegas.

-Prolegómenos para una teoría de la tisis sin zapatos.

-Manos de psicópata con jabón: Los higienistas.

-Del reflejo del espejo que pone el intermitente correctamente.

-De un susurro que descolgó una oreja.

-El melindre y sus acótanos en befa. Teoría y práctica.

-Para una contratación sin clavos ni corona de espinas.

-La silla de ruedas como juguete para ejecutivos.

-El eslabón perdido de nuestras bocas: el salivazo de la virgen.

-Del piano como condimento de la cocina austriaca. Postres y cuartetos.

-Estructuras maternales: del pecho dado al seno deseado.

-Lógica valeriana-metapoleista: principios infusionales.

-Refutación del rincón. Más allá del castigo y de la necesidad urgente de la vejiga.

-Tratado de profilaxis alternativa. Del paquete de pipas al calcetín de nylon. Uso y abusos.

-La expectoración de ranas, informáticos, bolas de billar y de picos de gallina. Tratamientos recomendados.

-A propósito de la embriaguez por insecticida. Los pretenciosos que zumban en una barra de un bar.

-Los desechos humanos y el almuerzo de los líderes históricos. Relaciones concomitantes.


de "Las gárgaras de Gagarín"

07 agosto 2005

Nuevos aforos y aforismos


53.
Lacón(icos) con grelos:
Plato para comer recomendado
a pacatos y huraños del humano hablar.


64.
Espeleo-lógia-masónica:
Asociación de personas que profesan
principios de fraternidad mutua
que se reúnen en cavernas y otras cavidades.


65.
Melo(comería)drama:
Cierto tipo de vitualla sabrosa al ojo humano
(que como se sabe, se empacha
con independencia de estómago
y correligionarios digestivos)
cuya preparación presenta
un carácter exageradamente sentimental.


56.
Algunos iconoclastas califican al panadero
como glándula situada en la cavidad abdominal
que contribuye decisivamente en la digestión.
Cuando la madrugada es aburridamente poética,
y algunos se prestan a echar una mano en los hornos
para desayunar en la panificadora,
así nombran al panadero;
porque tú, panadero,
en tu oficio nocturno de masa y levadura,
el pan creas.

04 agosto 2005

Oda de agosto para Juan Campuzano

Cuando miro tu vida,
cuando miro tus horas y dónde y cómo fueron
cernidas y quemadas una a una
bajo la tralla larga del Levante,

Cuando surges igual que una guitarra oscura
curada en los esteros del tiempo
y el marisco te adora por las tundras del limo
y nadie más branquiado ni más enamorado

se sienta en las tabernas de Cádiz y del Puerto
a esperar que los años bajen como marea
mientras se pueda contemnplar el mundo,
empiezo a comprender algunas cosas.

La verdad es que estás diseminado,
esparcido en el viento, volcado por las piedras,
contando cuanto río finge el mar en el mar
por el pulmón azul de la bahía.

La verdad es que te multiplicaste,
que estás ya confundido con cada amanecer,
que ningún sol se acuesta sin verte en todas partes
y que ninguna luna ignora que tú puedes

estar al mismo tiempo contemplando los rubios
ojos del vino por Santa María
y oyendo a José Luis en Los Maera
y fruyendo recuerdos por Sanlúcar dormido.

Vas más solo que Dios por las riberas.
Vas por calles y playas ya desaparecidas
al aletazo ciego de la sal y la noche.
Vas viendo, como puedes, ciertos rostros caídos.

Y cuando por la sombra bajan las lentas urtas
hasta el brazo limoso del San Pedro
y te miran el pecho reconocen
Juan de la Mar, Antonio de la Mar,

sano campo de mar edificado y bruno
junto a la geografía que nos hizo y consume,
entiendo la razón de ser tu amigo,
de que estemos tan locos con el mundo y queriéndolo:

un igual y perdido abanico de cales y mareas,
un corazón salino y racheado,
ua rosa partida entre las manos
y la vida valiéndonos del todo y apesar
de todo,
son tu herencia y la mía,
son lo que mantenemos y gastamos,
son lo que somos y lo que seremos
cuando las manos que mejor nos quieran
nos devuelan al fango cálido y cambiante
sin caja ni corona
muy en su ora el corazón, ya quieto
bajo la soñolienta voz de los correplayas.

Madrid. 1959

Fernando Quiñones

02 agosto 2005

Amor y diccionarios

¿Y qué dijo la madre de Trish cuando su hija, con el corazón destrozado por la ruptura con Randy, acudió a ella en busca de amor y comprensión?
"Si lo que buscas es cariño, lo encontrarás en el diccionario justo entre cáncer y condón.


de "Lo último que oiréis de mí", relato incluído en "Cíclopes" de David Sedaris.


La versión original dice: "If you are looking for sympathy you can find it between shit and syphilis in the dictionary."

01 agosto 2005

La verdad inútil



Durante años hemos pensado que el férreo control de la información por parte de los poderosos impedía que los ciudadanos conocieran la verdad sobre los asuntos más controvertidos logrando que, de ese modo, la sociedad no se rebelara. (...) Frente a esa situación, hemos sido muchos los que apostamos por dedicarnos a buscar la información necesaria y las vías de difusión que pudieran llevar esa necesaria verdad a la mayor gente posible, convencidos de que, por esa vía, sentábamos los principios para la consolidación y formación de una oposición mayoritaria a las tesis y sectores dominantes. Hemos de reconocer que siempre era una batalla perdida en términos de mayoría, nunca conseguíamos que nuestras tesis ni nuestras informaciones fueran las mayoritarias entre la población. Considerábamos que por ello se lograba mantener el orden y la situación vigente, lo que no nos disuadía de continuar trabajando en la búsqueda y difusión de la información crítica y alternativa como nuestra aportación a esa causa común de un orden social más justo y libre.
Sin embargo -prosigue el autor del artículo- creo que asistimos a un momento inédito en la historia reciente. Nunca hasta ahora una verdad, crítica y contraria a la tesis de los poderosos, había estado tan clamorosamente instalada en la sociedad. Me refiero a la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq, la ausencia de relaciones de Sadam Hussein con Al Qaeda y el reconocimiento público de las verdaderas razones de la guerra e invasión: la apropiación del petróleo iraquí. Así lo percibe no una elite intelectual crítica y politizada, sino la gran mayoría de la opinión pública, incluidos los sectores sociales que nunca mantuvieron un especial interés por estar informados ni adoptaron posiciones críticas contra el sistema imperante. Por otro lado, no es tema baladí, se trata de una cuestión por la cual han muerto miles de personas (...).
Nunca antes habían quedado tan en evidencia las mentiras y engaños de unos gobernantes. Sin embargo, y he aquí la gran frustración y angustia de muchos de nosotros, en nada parece que vaya a afectar a la situación actual el evidente conocimiento de la verdad entre toda la sociedad. Hemos conseguido ganar la batalla de la verdad y hemos descubierto con tristeza que nada importa ni en nada afecta. Es como si el nivel de las conciencias y de la dignidad de las personas estuviese tan bajo que ni la muerte ni la verdad logran despertarles de la sumisión y el sometimiento. Quizás esto ayuda a entender aquellos momentos de complicidad de la humanidad con tantas tragedias de la historia. No aprendemos.”


Pascual Serrano