27 julio 2010

No te enriquezcas con injusticias


Sobre Tales:

Preguntado qué cosa es difícil, respondió: «El conocerse a sí mismo». Y también qué cosa es fácil, dijo: «Dar consejo a otros». ¿Qué cosa es suavísima? «Conseguir lo que se desea». ¿Qué cosa es Dios? «Lo que no tiene principio ni fin». ¿Qué cosa vemos raras veces? «Un tirano viejo». ¿Cómo sufrirá uno más fácilmente los infortunios? «Viendo a sus enemigos peor tratados de la fortuna». ¿Cómo viviremos mejor y más santamente? «No cometiendo lo que reprendemos en otros». ¿Quién es feliz? «El sano de cuerpo, abundante en riquezas y dotado de entendimiento». Decía que «nos debemos acordar de los amigos ausentes tanto como de los presentes. Que lo loable no es hermosear el exterior, sino adornar el espíritu con las ciencias». «No te enriquezcas con injusticias, decía también, ni publiques secreto que se te ha fiado. El bien que hicieres a tus padres, espéralo de tus hijos.» Fue de la opinión que las inundaciones del Nilo son causadas por los vientos Etesias que soplan contra la corriente.

Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.

19 julio 2010

Los muchachos del té y deefeeme a los gritos

CIUDADES



















CIUDADES FANTASMA

Vuelan los pájaros
a través de la ventana.
Rascacielos abandonados.


CIUDADES SIN PERMISO

Viene la excavadora
con un hambre atrasada.
Coronan los niños
las nuevas montañas.


CIUDADES BARATAS

Es la grieta
que atraviesa mi casa:
la sonrisa de los dueños.


CIUDADES ESCONDIDAS

Celebra la lluvia
el pantano seco.
El pueblo hundido
lo lamenta.

13 julio 2010

En la revista Youkali


David Franco Monthiel
Apuntes de la servidumbre
(Cuadernos Caudales de Poesía, II. 2010)

BAJO LOS ADOQUINES, LOS ADOQUINES

Sé utópica, amiga.
Y pide lo posible.
Aunque parezca
que está permitido.

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07 julio 2010

Grima y escombro

A propósito de Roberto Ferrer, y su premio, tres poemas:


Alcohol para las llagas

Te propongo un brindis:

por ti,

por mí

y por lo que ya no vamos a hacer esta noche.


Lobo

He olvidado tu olor

y ya no aúllo por las noches.

La luna llena, el hombre vacío.


Boomerang

Recuerda:

en la mano con la que señalas al culpable

hay un dedo que le apunta a él

y tres a ti.


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06 julio 2010

El fútbol, ese leal amigo del capitalismo- Terry Eagleton

Si mala cosa es el gobierno de Cameron para quienes pretenden un cambio radical, la Copa del Mundo es todavía peor. Nos recuerda a todos lo que probablemente seguirá atravesándose en el camino de ese cambio mucho tiempo después de que la coalición [liberal-conservadora] haya muerto. Si cualquier fundación intelectual derechista tuviera que dar con un esquema capaz de distraer al populacho de la injusticia política y compensarlo por una vida de durísimo trabajo, la solución siempre sería la misma: fútbol. Salvo el socialismo, no se ha imaginado manera más refinada de resolver los problemas del capitalismo. Y en la concurrencia entre socialismo y fútbol, el fútbol va varios años luz por delante.

Las sociedades modernas niegan a los hombres y a las mujeres la experiencia de la solidaridad, experiencia que el fútbol proporciona hasta el extremo del delirio colectivo. Muchos mecánicos y muchos dependientes de comercio se sienten excluidos de la alta cultura; pero una vez a la semana son testigos de representaciones artísticamente sublimes, ejecutadas por hombres para los que el calificativo de genios no resulta, a veces, hiperbólico. Como en una banda de jazz o en una compañía de teatro, el fútbol amalgama talento individual deslumbrante y abnegado trabajo colectivo, resolviendo así un problema sobre el que los sociólogos han venido devanándose los sesos desde tiempos inveterados. Cooperación y competición, astutamente equilibradas. La lealtad ciega y la rivalidad a muerte gratifican algunos de nuestros más potentes instintos evolutivos.

El juego, además, mezcla encanto con ordinariez en sutiles proporciones: los jugadores son de factura heroica, pero una de las razones por las que los reverenciamos es por su carácter de alter ego; fácilmente podrían ser cualquiera de nosotros. Sólo Dios es capaz de combinar de esta guisa intimidad y otredad, y hace tiempo que ha sido rebasado en celebridad por este otro Uno indivisible que es José Mourinho.

En un orden social desnudo de ceremonia y simbolismo, el fútbol ingresa para enriquecer estéticamente la vida de gentes para las que Rimbaud es un grande del cine. El deporte es un espectáculo, pero, a diferencia del ofrecido por las paradas militares, un espectáculo que invita a la intensa participación de sus espectadores. Hombres y mujeres, cuyo trabajo es cualquier cosa menos intelectualmente exigente, pueden exhibir una asombrosa erudición a la hora de recordar la historia del juego o de describir analíticamente las destrezas de los jugadores. Doctas disputas, dignas de los foros de los antiguos griegos, afloran rebosantes en bares y mercados. Como en el teatro de Bertolt Brecht, el juego convierte en expertos a las gentes del común.

El vívido sentido de la tradición contrasta con la amnesia histórica de la cultura postmoderna, para la que cualquier cosa ocurrida hace 10 minutos tiene que ir a parar al basurero de las antigüedades. Hay incluso un punto de inflexión de género, porque los jugadores combinan la fuerza del púgil con la gracilidad de la bailarina. El fútbol ofrece a sus seguidores belleza, drama, conflicto, liturgia, carnaval y la impar marca de la tragedia, por no hablar de la oportunidad de viajar a África y volver sin abandonar la borrachera. Como alguna que otra fe religiosa, el juego determina qué tienes que vestir, con quién tienes que asociarte, qué himnos has de cantar y qué relicario de verdades transcendentes has de adorar. Junto con la televisión, es la suprema solución al inveterado dilema de nuestros amos políticos: ¿qué hay que hacer con ellos, cuando no están trabajando?

Durante siglos y en toda Europa, el carnaval popular, al tiempo que proporcionaba a las gentes del común una válvula de escape para sus sentimientos subversivos –profanando imágenes religiosas y haciendo ludibrio de sus señores y amos—, constituía un acontecimiento genuinamente anárquico, un anticipo de la sociedad sin clases.

Con el fútbol, en cambio, puede haber estallidos de populismo airado y rebelarse los aficionados contra los peces gordos empresariales que sacan pecho en sus clubs, pero en nuestros días el grueso del fútbol es el opio del pueblo, si no su crack cocaínico. Su icono es el impecablemente tory y servilmente conformista David Beckham. Los Rojos ya no son los bolcheviques. Nadie que sea serio y esté a favor de un cambio político radical puede eludir la necesidad abolir este juego. Y cualquier grupo que lo intentara, tendría sobre poco más o menos las mismas posibilidades de llegar al poder que el máximo ejecutivo de British Petroleum de recibir una donación de Oprah Winfrey.
publicado en la revista Sin Permiso.
Terry Eagleton, internacionalmente reconocido crítico cultural en la tradición marxista británica de Raymond Williams, es profesor de literatura en la Universidad de Manchester. Se ha publicado recientemente en castellano (editorial Debate) su interesante libro de memorias: El portero.

03 julio 2010

Imaginate m'hijo - leo masliah

Cuando tu infancia se desvanezca,
cuando tu cuerpo crezca,
cuando al hablar de modo indebido,
te sientas atrevido,
cuando te estés independisando,
cuando estés trabajando,
cuando por no estar muy bien vestido
te sientas inhibido...
imaginate m'hijo, imaginate..
Cuando admires bolsillos ajenos,
cuando te sientas menos,
cuando abusen de tí un día,
cuando te esten utilizando,
cuando un día llegues a entusiasmarte,
cuando estes por casarte,
cuando en alguna casa de citas te reventés la guita...
imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando en tus labios se imprima un tango,
cuando estes sin un mango,
cuando al no poder comprarte un saco,
soñés con un atraco,
cuando arrugue tu vos el tabaco,
cuando te pongas flaco,
cuando en la cama con un mafalda ella te de la espalda...
imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando el aguinaldo hayas cobrado,
cuando estes embalado,
cuando hagas horas extra de noche,
para comprarte un coche,
cuando de luchar estes cansado,
cuando te hayas gastado,
cuando tus sueños se hagan pedazos y te duelan los brazos
... imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando tu mirada se humedezca,
cuando algo en tí perezca,
cuando te sumerjas en los vasos y llores tus fracasos,
cuando algun día estes recordando,
cuando estes meditando,
cuando una vez digas a tu hijo "imaginate m'hijo"
... imaginate m'hijo,
imaginate.. imaginate m'hijo, imaginate..